10 de Enero de 2017
Juan Velayos, CEO de Neinor Homes, analiza el panorama del sector residencial en las próximas décadas
El futuro de la promoción inmobiliaria residencial se verá marcado en los próximos años por el profundo cambio por el que atraviesa el sector. Para afrontarlo con éxito, será necesaria una apuesta firme por la profesionalización y la industrialización.
Así lo concluye el Consejero Delegado de Neinor Homes, Juan Velayos, en un artículo que recoge El Economista, en el que, basándose en las conclusiones del reciente informe de su compañía sobre la previsión tecnológica en este subsector de la promoción inmobiliaria, el directivo desgrana las principales tendencias que marcarán la evolución del mercado en los próximos 20 años.
Este exhaustivo análisis parte de una máxima fundamental: el establecimiento de unos fundamentos éticos comunes para el sector que regulen la toma de decisiones y guíen la realización de cualquier tipo de operación que se lleve a cabo.
En palabras de Juan Velayos, esto se traduce en la profesionalización de la industria que, como Neinor Homes ya viene anunciando, “es sobre lo que se construye todo lo demás”.
En este sentido, subraya que la tolerancia cero frente a toda forma de corrupción, la escrupulosa observancia de la normativa legal y la colaboración con la legislación en la prevención del blanqueo de capitales, entre otros compromisos, contribuirán, junto con la transparencia en la información, a lograr un cambio transformador en la industria.
El cliente seguirá siendo el centro de la actividad
Una vez asentado sobre esa base, el negocio debe girar en torno al cliente y sus necesidades y expectativas pues “él es el centro y la razón de ser de toda su actividad”, asegura el CEO. En este punto, la tecnología jugará un papel prioritario como “elemento transversal” y permitirá estar en contacto permanente con cliente y proveedores, a través de bases de datos colaborativas y transparentes.
El uso del Big Data, facilitará el acercamiento al posible comprador y la creación de equipos de atención al cliente proactivos y permanentemente conectados, para acompañarle en todos los momentos del proceso de compra y tras la entrega de la vivienda.
“A pesar de que ya se está trabajando en esta línea, queda mucho por hacer y, sobre todo, por demostrar que esta es la línea por la que discurrirá la actividad a partir de ahora”, puntualiza.
De este modo, se irá incrementando la implicación de los clientes en el diseño de su vivienda, de acuerdo a la demanda de personalización, definiendo, en cada caso, las características del activo, el número de viviendas y, obviamente, el precio que el cliente puede y está dispuesto a pagar, sin olvidar nunca los estándares de calidad que aseguren una vivienda confortable.
Más allá de eso, la tecnología servirá también para prever el comportamiento integral del edificio a lo largo de su ciclo de vida e incorporar mejoras que, como la domótica, mejorarán la calidad de vida de los clientes.
Para ello, se apostará por la investigación en edificios energéticamente optimizados, autoabastecidos y bioclimáticos, utilizando fuentes y sistemas energéticos alternativos, como la energía fruto de las diferencias de presión atmosférica, la ganancia solar o la inercia térmica del suelo, y minimizando las emisiones. Esta apuesta deberá ir acompañada de un compromiso real por la total reducción de vertidos, residuos y contaminación visual y acústica de las obras.
“Creo firmemente en la investigación en nuevos materiales, que permitan agilizar la puesta en obra y acortar los plazos de ejecución”, añade el Consejero Delegado. En esta línea, apunta al desarrollo de materiales innovadores con acumulación de energía y alto nivel de aislamiento, y nuevos productos compuestos, con fibra o cerámica, híbridos, multifuncionales y biodegradables; así como elementos modulares que podrán ser prefabricados de forma rápida, personalizada e in-situ.
El sector generará 25.000 trabajos en los próximos años
En términos económicos, el inmobiliario se convertirá en uno de los sectores dinamizadores de la economía nacional, pues se prevé que genere 25.000 trabajos directos e indirectos en los próximos años.
El capital humano seguirá siendo pilar indiscutible del negocio, por lo que será importante fomentar la formación continua de los profesionales a través de sistemas personalizados de e-learning y e-training o con la elaboración de programas de postgrado que servirán para potenciar la investigación y la innovación del sector.
Además, se reforzará la protección de los trabajadores con la implantación de rigurosos sistemas de control de acceso a las obras y el perfeccionamiento de las condiciones de seguridad.
Según concluye Juan Velayos, todo este planteamiento sobre la evolución del inmobiliario a medio plazo “no es una utopía”, pero advierte de que no será posible sin una correcta adecuación de las normativas a la situación actual y sin el desarrollo de nuevos modelos de negocio orientados al beneficio de todos los actores del mercado, especialmente el cliente.